Fue un lunes 16 de junio de 1986. El clásico del Río de La Plata iba a permitir a Argentina o a Uruguay clasificar a los cuartos de final de la Copa del Mundo México '86. El encuentro se jugó en el estadio Cuahtemoc de la ciudad de Puebla.

Nadie podía vaticinar con certeza un resultado. La paridad se hacía notar en las dos formaciones. Cada equipo tenía su gran referente: Diego Maradona, en Argentina y Enzo Francescoli en Uruguay.

El juego fue muy parejo, aunque la iniciativa en una mayor parte del partido la tuvo Argentina. El desnivel del marcador se produjo a los 42 minutos del primer tiempo cuando Pedro Pablo Pasculli tocó la pelota cerca del arco de Fernando Alvez y la mandó a la red.

Después de ese trance, Argentina conseguiría ganar en cuartos de final a Inglaterra con aquellos dos golazos de Maradona, en semifinales a Bélgica por 2 a 0 y en la final a Alemania por 3 a 2, consagrándose por segunda vez campeón del mundo.

Aquel triunfo ante Uruguay tuvo el valor simbólico de haber sido conseguido frente a uno de los rivales (junto a Brasil) "de siempre" en esta región de América, lo que le dio confianza y seguridad para afrontar de manera exitosa el resto del torneo.