Este encuentro marca un hito, ya que el Napoli es el primer equipo de fútbol que el Papa León XIV recibe desde que asumió su pontificado el pasado 10 de mayo. El conjunto del sur de Italia se alzó con su cuarto "Scudetto" tras una temporada destacada.

Durante la recepción, el Sumo Pontífice rompió el protocolo con una broma que generó risas entre los presentes, incluyendo al presidente del club, Aurelio De Laurentiis, y jugadores como "Gio" Simeone. Al ingresar, el Papa comentó: "Tal vez no querían aplaudir porque en la prensa se dice que soy romanista". Esta referencia al equipo rival de la capital, la Roma, alude a las especulaciones mediáticas sobre cuál sería su equipo favorito en Italia, un debate similar al que existe en su país natal, Estados Unidos, sobre si es fanático de los Chicago Cubs o de los White Sox. La prensa deportiva italiana ha especulado sobre esta cuestión, e incluso el día de su elección, el 8 de mayo, tanto Lazio como Roma "celebraron" el humo blanco.

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Más allá de la distensión inicial, el Papa felicitó al equipo por su victoria. Destacó que ganar el campeonato es el resultado de un "largo camino" donde lo fundamental no es la "hazaña de una vez" ni la actuación individual de un campeón, sino el trabajo en equipo. Aseguró que "El campeonato lo gana el equipo".

León XIV también aprovechó la ocasión para reflexionar sobre los riesgos que enfrenta el deporte en la actualidad. En un contexto donde el fútbol es uno de los deportes más rentables del mundo, advirtió que cuando el deporte se convierte en negocio, "corre el riesgo de perder los valores que lo hacen educativo, e incluso puede llegar a ser deseducativo". Subrayó la importancia de estar "alerta" ante esta situación, especialmente al tratar con adolescentes.

Como gesto de gratitud, el presidente del Napoli, Aurelio De Laurentiis, entregó al Papa un regalo simbólico: un dorsal número 10 blanco con fondo celeste, enmarcado como si fuera parte de una camiseta autografiada con la inscripción "Papa Leone XIV". De Laurentiis justificó la elección del número 10 diciendo al Papa: "usted es un número 10, es un gran atacante", generando nuevamente risas. El número 10 tiene una connotación casi sagrada en Nápoles, asociado eternamente con Diego Armando Maradona, héroe del club y de la ciudad.

Si bien el Napoli fue el primer equipo de fútbol recibido por León XIV, las fuentes indican que ya había recibido al tenista italiano Jannik Sinner. El Bolonia, campeón de la Copa Italia, no acudió al Vaticano.