Es difícil transmitir la sensación de desesperación e impotencia que provoca ver a una persona ahogarse. Mucho más, si se trata de un hijo o hija y más dramático el cuadro si el episodio ocurre cuando una persona pequeñita está tomando la teta.

En esos momentos en que muchas veces las personas cercanas, quedan paralizadas por el temor y la sorpresa, una intervención decidida y profesional puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

Este fue el caso de una familia de barrio Observatorio, a dónde llegó el jueves por la noche personal policial, alertados por el padre de una pequeña de dos años de edad que se había broncoaspirado mientras era amamantada.

Al llegar los efectivos, la niña estaba desvanecida. 

Inmediatamente se practicaron las maniobras de primeros auxilios del caso y se decidió el traslado en un móvil policial hacia el nosocomio más cercano. Además, se dispuso el despliegue de un cordón sanitario, durante el cual los efectivos continuaron con las tareas de asistencia primaria, logrando que la pequeña reaccione. 

La niña fue posteriormente fue derivada al Hospital de Niños para una mayor valoración y se aguardaba el parte médico correspondiente.

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