Cómo afecta el frío al auto y qué hacer para evitar problemas
El invierno pone a prueba el motor, la batería y otros sistemas del vehículo. Aquí hay consejos simples y efectivos para enfrentar las mañanas heladas sin contratiempos.
El frío ya se empieza a sentir en Córdoba y, con él, aparecen los típicos problemas para arrancar el auto o notar que algo no responde como de costumbre. Las bajas temperaturas afectan directamente al rendimiento de varios componentes del vehículo, y no siempre se les presta la atención que merecen. Para evitar inconvenientes en plena rutina o antes de salir a la ruta, conviene repasar una serie de tips útiles que ayudan a cuidar el auto en esta época del año.
Aunque tengas apuro, no es recomendable arrancar y salir inmediatamente. Lo ideal es dejar el auto regulando unos minutos para que todos los componentes lleguen a su temperatura óptima de funcionamiento. Esto reduce el desgaste general y mejora el rendimiento.
Con el frío, el aceite del motor se vuelve más espeso y tarda más en circular correctamente. Eso aumenta el esfuerzo al arrancar y puede dañar el motor. Es clave hacer el cambio de aceite y filtro cuando empieza el invierno, y siempre respetar los intervalos indicados por el fabricante.
Un punto fundamental. Si el anticongelante no está en buenas condiciones o no tiene la proporción adecuada, puede congelarse y dañar el radiador o hasta el block del motor. Revisar niveles y renovar el líquido si es necesario es una tarea sencilla que previene reparaciones costosas.
El frío extremo reduce la capacidad de arranque y puede descargar la batería más rápido. Si tiene más de tres años o ya dio señales de debilidad, es momento de considerar su reemplazo. Los autos actuales dependen mucho de una buena alimentación eléctrica para todos sus sistemas.
El frío reduce la presión de los neumáticos (por cada 10°C bajan entre 1 y 2 PSI), lo que afecta la adherencia, el frenado y el consumo. Revisarlos regularmente —al menos una vez al mes— y usar nitrógeno puede ser una buena opción. Además, aunque parezca contradictorio, no hay que olvidarse del aire acondicionado. Su uso es clave para desempañar cristales y mantener la visibilidad. Conviene hacerlo funcionar de vez en cuando para evitar fallas y mantener los sellos lubricados.
Tomar estos recaudos no solo ayuda a extender la vida útil del vehículo, sino que también mejora la seguridad al volante. Y en tiempos donde cualquier reparación cuesta caro, prevenir sigue siendo la mejor estrategia.